En el gran bosque
deliberaban los habitantes más sabios del
lugar, la lechuza, el viejo elefante y la jirafa.
Ya que se
acercaba la fecha de elegir al, Rey del Bosque, ellos habían sido nombrados por
los habitantes de esa inmensa comunidad.
Por sus cualidades y experiencia, eran los indicados de vigilar que se
llevaran las elecciones de manera legal.
Un joven ciervo
era el favorito de la mayoría, pero como en todo cuento e historia, estaban
también los malos que se oponían a que el joven ciervo fuera el candidato.
La Hiena, el
lobo, el hipopótamo y unos cuantos seguidores, a como diera lugar querían
imponer a su favorito, un imponente y fiero león, que no sabía lo que eran los
valores indispensables para ser Rey del
bosque.
Estos malos
moradores del bosque, con trampas, mentiras y amenazas convocaron a todos los
habitantes para que votaran por el león malo, si no lo hacían, les dijeron, serian expulsados del bosque y allá afuera
morirían de hambre y de sed. Asustados todos prometieron votar por el fiero
león.
No contaban estos
malosos, que los sabios habían escuchado el discurso.
Cuando partieron
los malos ciudadanos, los habitantes del bosque y los sabios se pusieron de
acuerdo para desbaratar las malas intenciones de estos.
Primero
definieron que hacer:
No permitirían
que mediante amenazas se quisiera imponer quien los gobernara, si querían vivir
en armonía, tendrían que elegir libremente a su Rey, esto lo harían con
legalidad y respeto.
Su Rey gobernaría
con un dialogo donde la tolerancia y la justicia fuera uno de sus méritos además
tratarían a todos por igual.
Solo había una
manera de lograrlo, se unieron todos los habitantes y entre todos expulsaron del
bosque a los malos, solo regresarían cuando fueran buenos ciudadanos y
respetaran los valores de la democracia.
A partir de ahí
como en todo cuento, fueron felices para siempre
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